martes, 12 de abril de 2016

RELATOS

         

DÍA DEL LIBRO 
TODO CAMBIA
Por estas fechas celebramos el día del libro,  fiesta en la que recordamos  a autores y autoras ilustres que nos dejaron una gran herencia literaria,  herencia  que  podemos  disfrutar,  leer y releer cada vez que  nos apetezca. Creo que es  un  privilegio tener esa oportunidad que ha sido  posible entre otras cosas,  gracias al interés por la lectura que nos despertaron en las escuelas.
 Pensando en esto  me viene a la memoria un antiguo documento que pude ver hace ya bastante tiempo y que me hizo pensar; podría darle diferentes calificativos,  pero por no alargarme sólo diré que me resultó curioso.
Considero necesario leer al menos algunos puntos del mismo, puesto que en él me baso para hacer mi pequeño comentario.
  Dicho documento decía así:
Contrato de maestra año 1923
Éste es un acuerdo entre la  Stª  llamémosla Isabel,  maestra  y el Consejero de Educación de la Escuela, por el cual la Stª Isabel  acuerda impartir clase durante un  periodo de 8 meses a partir del día  …x  . De Septiembre de 1923.
La Stª Isabel  acuerda:
·         No casarse, este contrato queda automáticamente anulado y sin efecto si la maestra  se casa.

·         No andar en compañía de  hombres.

·         Estar en casa entre las 8 de la tarde y las y las 6 de la mañana.

·        No viajar con ningún hombre excepto su padre o su hermano.

·       No teñirse el pelo.

·       No vestir ropa de colores brillantes.

·       No usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios.
  Estos son sólo  algunos de los  puntos  que figuraban en dicho contrato, todos del mismo corte y con las mismas consecuencias, de no ser cumplido.
Me cuesta trabajo imaginar a la pobre maestra;  tener que firmar un papel con aquellas condiciones y además donde  podía leerse “acuerdo”: ¡menudo acuerdo!
 Después  de leerlo creo que no   está demás  una  breve  reflexión.
 En principio  es algo que aunque nos parezca muy lejano,   en realidad  no lo es  tanto,  pero  la  rapidez  con la que todo  evoluciona   hace que parezca,  increíble.
Vivimos  en la era de la tecnología y de la “libertad”, todo cambia,  cambia tanto y tan rápido  que nos resulta difícil imaginar  tanta prohibición.
Hoy,  la  posibilidad de disfrutar de  libertades, comodidades y facilidades para todo aquello a lo que ya estamos acostumbrados,  quizá un poco inconscientes de  lo que ha costado conseguirlo,  hace que vivamos  a tope.
 Todo esto está bien pero,  aún queda mucho por hacer,                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    las injusticias   la falta de respeto, la violencia, la ausencia de igualdad,   tanto en el mundo laboral como en el   familiar,  nos hace ver   y sufrir las diferencias que continúan existiendo,  sólo tenemos que repasar la prensa o ver y  oír las noticias del día a día.
Pero  no quiero desviarme del tema al  que hoy    quería referirme,  a nuestras  maestras.
  Mujeres  generalmente pacientes, abnegadas, con vocación de enseñar, a pesar de los muchos inconvenientes y trabas que pudieran ponerles. De ellas aprendimos las primeras letras, base imprescindible para poder disponer de los conocimientos necesarios que nos dan acceso a la  lectura,  a la cultura,  a  los libros…  Éste colectivo ha sido y sigue siendo la base de una  sociedad más culta.
En  las  escuelas,  desde antes de la pizarra y el pizarrín hasta la pizarra  electrónica de hoy día,  se ha contribuido y    preparando  generación tras generación a todas las  niñas  y niños que han querido y han sabido recoger todo ese aprendizaje para una vida más completa y con más posibilidades.
 Por tanto mi pequeño homenaje a todas aquellas personas dedicadas a la enseñanza,  mujeres y hombres que con su labor  intentan  conseguir   un  futuro mejor para todos.
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El documento al que hago referencia,  se puede ver en Internet,  solo teclear en Google,   Contrato de maestra año 1923

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